martes, 30 de marzo de 2010

Matrimonio duradero = salud = interés social


El Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), aquí está la web en versión española, publicó este mes un estudio, después de entrevistar a 12.500 estadounidenses en el que se señalan algunas circunstancias (casarse a una edad madura, con alguien de la misma raza y tener hijos) que favorecen que el matrimonio sea duradero.

El estudio también aborda el tema de si es mejor vivir juntos antes del matrimonio o no y concluye que es más probable que sobreviva la relación de las personas que se casan que la de los individuos que simplemente viven juntos. Un 78 por ciento de los matrimonios duran como mínimo cinco años en Estados Unidos, frente al 30 por ciento de las cohabitaciones.

Sin entrar al fondo, es noticia que un estudio sobre el matrimonio duradero la divulgue el Centro de Control de Enfermedades. Y es que hay razones de salud pública ya que numerosas investigaciones demuestran que las personas casadas viven más tiempo y sufren menos dolencias físicas y mentales que los que no se casan. O sea, que a los organismos de salud pública les interesa, por puros motivos prácticos, que las familias sean estables.

En España, un estudio así, aunque sean sólo datos objetivos, no sería tomado en serio. Se verían intereses moralizantes. Un dato es que, a pesar de haberlo difundido EFE, en Internet sólo lo ha recogido un diario provincial. Quizá la prensa no quiera dar malas noticias a potenciales lectores divorciados. No están los tiempos para perder lectores.

En todo caso nos lleva a la conclusión de que la estabilidad del matrimonio no es algo meramente privado. Es de interés social. Por eso el estado, aunque no pueda obligar a hacer cosas a favor del bien común, sí puede favorecer a los que las hacen y difundir las ventajas del matrimonio que dura.

jueves, 25 de marzo de 2010

Prometiendo el país de Nunca Jamas


Sólo se habla de la cultura del esfuerzo cuando PP y PSOE discuten de modelo educativo. Por eso, un amigo mío que no tiene simpatía al PP, cada vez que oye esa frase, se pone a la defensiva. Sin embargo, el problema es mucho más extenso y afecta a la raíz de la crisis.

Decía un intelectual en el pasado siglo:
“la crisis de nuestro tiempo depende principalmente del hecho de que se nos quiere hacer creer que se puede llegar a ser hombres sin el dominio de sí, sin la paciencia de la renuncia y la fatiga de la superación, que no es necesario el sacrificio de mantener los compromisos aceptados, ni el esfuerzo para sufrir con paciencia la tensión de lo que se debería ser y lo que efectivamente se es”.


La crisis sólo la arreglamos entre todos, dice una campaña para subir el optimismo. Hasta ahí, de acuerdo. Pero la campaña, que parece dirigida a un público adulto, debería pensar también en las generaciones jóvenes. Y podría hablar más de autodominio, de paciencia en la renuncia, de que la superación cansa, de que es necesario el sacrificio para cumplir lo pactado y de que sólo se mejora con esfuerzo.

El gobierno debe mostrar con hechos que lo que vale, cuesta. Porque cualquiera sabe que esto no se consigue a base de campañas. Sin embargo, llevamos años oyendo prometer el país de Nunca Jamas. La nueva legislación abortista es un ejemplo más.
¿Estás embarazada? Tranquila, en el país de Nunca Jamas no sufrimos. Vente al hospital y te lo quitamos.
¿Qué tienes 16 años y vas a sufrir si mamá se entera? ¿Y qué? ¿Pero no te he dicho que estamos en el país de Nunca Jamas y aquí no hay dolor?
¿Que los obispos acuerdan una campaña con una empresa: "Es un tú en tí"? Pues se quita unilateralmente, que nadie sufra por pensar, menudo abuso: hala, a seguir disfrutando de Nunca Jamás.

Lo dicho: Inculcar con hechos el autodominio, una superación con sacrificio, el sentido del deber y la mejora con esfuerzo.

¡Feliz Jornada por la Vida!

martes, 23 de marzo de 2010

El torero agnóstico que hacía cursos de retiro espiritual


Entre las cosas que hacen millones de personas en el mundo y que nunca o casi nunca salen en la prensa están los cursos de retiro (días de retiro espiritual, ejercicios espirituales, conferencias cuaresmales o como se le quiera llamar). La única noticia es que el Papa lo hace con la curia vaticana cada año. Sin embargo no sólo lo hace el Papa. Millones de personas lo hacen y a veces, quien menos te lo esperas. Y es lógico porque todos necesitamos hacer la ITV al alma, para estar a solas con Dios. Es propio del ser humano por su carácter racional y espiritual. No es una cuestión de relajación o puesta de la mente en blanco, sino de pensar en el sentido último de nuestra vida.

Entre las personas que recomendaban hacer un curso de retiro está Luis Miguel Dominguín, torero famoso, para la gente de menos de 30 años quizá sólo conocido por ser el padre de Miguel Bosé. A pesar de ser agnóstico, lo hacía publicamente en un libro homenaje a su amigo Gregorio López Bravo, cuando éste falleció en un accidente de avión en Bilbao (VV. AA. Coordinador: M. ÁLVAREZ MORALES, Gregorio López-Bravo Visto por sus amigos, Madrid 1987)

Aquí está un extracto de su artículo:

"Me acuerdo un día que se empeñó en que hiciera un curso de retiro. Yo, desgraciadamente, lo tengo que decir, no soy creyente. Lo cual creo que es una desgracia, porque aunque fuera mentira me gustaría creer, y pensar que uno se va a morir y va a tener otra vida. Pero por mi psicología, por mi educación, por las circunstancias, no lo soy.
Bueno, el caso es que teníamos el curso en La Pililla y Gregorio me informó que hasta tal hora se podía hablar, luego, a partir de la cena, se guarda silencio hasta el final del retiro. Y le contesto: Serás tú el que no puedes hablar. Y tú también, me dice. Me has prometido que ibas a ser obediente y correcto, y para eso has venido aquí, y a ver si eres capaz o no eres capaz. Yo soy capaz, le contesto, pero vas a ser tú quien no puedas hablar pero yo sí. Y me voy al cura que daba el retiro y le explico mi problema real: Yo no soy creyente, yo lo intento pero no lo consigo. Yo si no puedo hablar, qué hago aquí si no puedo orientarme. En la cena le contaba todo esto a Gregorio, y él no sabía qué hacer. Entonces dijo el cura de pronto a todo el mundo: Señores, Luis Miguel me ha expuesto su caso, es la primera vez que viene a un retiro y no es creyente, viene con la mejor buena fe, pero dice que si no puede hablar que cómo va a preguntar, y si no pregunta, que cómo va a entender. En fin, yo no puedo estar también pendiente de que en todo momento me pregunte, así que he pensado que Luis Miguel pueda hablar con todo el mundo. A quien él se dirija le puede contestar. Estábamos en la misma habitación y ¡me miraba con una cara! y se reía como diciendo: Qué poca vergüenza tienes... Y yo le hacía un gesto de que se callara, que no podía hablar. Fue muy gracioso. Le decía: Mira, Gregorio, si yo me apunto para hablar con el cura va a dejar a todos para hablar conmigo, primero porque a mi me hace más falta ¿no?, esto es lo que tú vas a decir, pero yo creo que es porque le divierte más lo que yo le pueda contar que los latazos que le contáis vosotros. Efectivamente, me apunté y al poco rato me llamó el sacerdote y me dijo: Hoy, después de comer charlamos. Nos metimos en el despacho. Empecé a contarle mi vida y el hombre estaba tan interesado… primero porque, lógicamente, era, digamos su oficio el tratar de convencer a un pobre hombre que andaba por allí desorientado, y luego porque se divertía muchísimo con las cosas que yo le contaba. Yo le contaba anécdotas de mi vida y cosas increíbles que me habían ocurrido. Me lo pasé muy bien. Me lo pasé tan bien que creo que el retiro es una cosa que indudablemente, se crea o no se crea, se debe hacer. Se debe hacer porque al estar tres días sin hablar supone una concentración tremenda, un enfrentarse con uno mismo.
Pocos días hay que no me acuerde de él, pocos días. Gregorio me ha dejado una gran herencia, una herencia estupenda. Me ha dejado la herencia de pensar que uno no es nadie. Me lo ha inculcado sin darse cuenta quizá."
Aquí está el artículo completo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

La familia Curtis: La Cultura de la Vida cambia el mundo



La lucha por el derecho a vivir no se va a ganar en pocos meses, pero se va a ganar. En Estados Unidos se permite el aborto libre sin plazos desde 1973 y sin embargo la mentalidad pro-vida es mayoritaria. 37 años después, en España se ha aprobado el aborto libre en los primeros meses. Hasta que lleguemos la derogación del aborto legal (que llegará), debemos estar activos, cada cual en su sitio. Porque la difusión de una Cultura de la Vida, además de llegar al puerto seguro del derecho a vivir para todos, evitará muertes de inocentes

“Tengo asumido que la Batalla por La Vida… es “de Por Vida" decía hace poco menos de un año Jesús Poveda, uno de los promotores del movimiento pro-vida en España. Y añadía: "Cada uno debe de contribuir a la Cultura de la Vida desde donde esté: el pescadero vendiendo el mejor pescado a la mujer embarazada, el escritor escribiendo, el médico asistiendo… Cada uno desde donde está y de la manera que considere oportuna”

La filósofa alemana Jutta Burggraf expuso algunos aspectos prácticos de esta Cultura de la Vida en el Congreso Internacional pro-vida de Zaragoza 2009. Vale la pena leerlo despacio.

Un ejemplo más de Cultura de la Vida realizada con naturalidad es el de la familia Curtis, en la que los padres, además de educar a sus nueve hijos, uno de ellos con síndrome de Down, decidieron adoptar a tres más con síndrome de Down. Esto no fue noticia hasta que novena hija, de 16 años, pasó a ser finalista en el programa American Idol, versión original del Tú sí que vales español, y al ser entrevistada en el programa, contó con naturalidad cosas de su familia: “Algunos -dice Maddy quedándose corta- son un poco escépticos con el síndrome de Down, pero mi experiencia es que estos cuatro niños sacan lo mejor de la gente con la que se encuentran”. Maddy, que en el vídeo de presentación al programa aparece jugando con sus hermanos, explica que “las personas como ellos ven la vida de colores. Nosotros deberíamos hacer lo mismo”

Adoptan chicos, cuando otros los abortan. Y Maddy aprovecha su fama pasajera para dar un concierto para ayudar a los damnificados del terremoto de Haití. Y la madre, que sabe bien lo que es un bebé –sano y enfermo- qué es parir y qué es decidir, lo explica todo, en su poco tiempo libre, en su blog pro-vida

Esto es Cultura de la Vida. Esto es una vida con sentido. Es lógico que sean felices. Y es una llamada a la felicidad a los que han tenido la desgracia de haber eliminado a su hijo Down: les enseña que la adopción es un camino para recuperar el sentido de la vida y la alegría.
Anima saber que hay gente buena. Con familias como ésta, sobreviviremos a todas las crisis. Son familias que arreglan el mundo, al menos la millonésima parte del mundo que les permite su tiempo. Y esa tarea tiene una eficacia que no podemos imaginar.